Desde la Antigüedad son muchas las civilizaciones que se dieron a la innovadora tarea de construir sistemas que permitieran transportar agua tanto para el consumo humano como las aguas desechables. Para ello se ideó la construcción de ACUEDUCTOS Y CLOACAS, los cuales desde aquellos tiempos han venido facilitando notablemente la calidad de vida de las personas.
Los acueductos son un conjunto de sistemas acoplados que permiten transportar agua en forma de flujo continuo desde un lugar accesible en la naturaleza hasta un punto de consumo distante. Para la construcción de un acueducto es necesario, realizar un estudio minucioso del terreno para poder obtener el trazado más viable tanto en el aspecto económico como estructural, de forma que garantice una pendiente suave y sostenida sin alargar demasiado el recorrido de la obra.
En el caso de las cloacas o también llamadas alcantarillas, se construyen con la finalidad de evacuar aguas residuales, domésticas u otro tipo de aguas desechables, como sinónimo de colectores.
Una distinción entre cañerías y acueductos puede ayudar a comprender que tan importantes son estos dos sistemas para el buen funcionamiento no sólo de ciudades sino de países.
Del servicio de acueducto se espera un producto: agua tratada, apta para el consumo humano. Una serie de procesos y operaciones deben darse para que el agua que llega a los consumidores tenga esa condición. En el plano físico y operativo del servicio existen los procesos de captación, conducción, purificación, control, almacenamiento y distribución del agua. Se recibe, por una parte, agua cruda, y mediante distintos procesos debe transformarse en “agua tratada”, que es el producto final.
El mantenimiento de adecuados indicadores sociales en materia de salud exige, en relación con el agua, procesos que garanticen su potabilidad. Con el correr del tiempo, el tratamiento del agua se ha convertido en un requisito indispensable de la vida civilizada.
Es aquí donde cabe la distinción entre servicio de cañería y servicio de acueducto.
En el pasado lo corriente fue el servicio de cañería, el cual ciertamente se reducía a un conjunto de tuberías (cañerías) que conducían el agua desde determinado sitio (fuente) a otro (casas) sin agregarle, quitarle o ponerle nada adicional: captaban agua cruda y servían la misma agua: cruda. No se daba ningún proceso de transformación, no se obtenía ningún producto diferente. Sin embargo, los escasos niveles de contaminación que entonces existían, permitían consumir agua potable.
Lo antes expuesto nos da una idea de lo imprescindible que se hace la construcción de estos sistemas en la actualidad, debido a la gran demanda de Agua mundial y también a la necesidad de drenar la ya consumida. Además estas obras pueden tomarse como medidores de la buena planificación, organización y desarrollo de las sociedades, ya que al poseer un buen sistema de movilización de agua también se garantiza bienestar social, dentro de lo que se incluye, SALUD Y COMODIDAD.
Los acueductos son un conjunto de sistemas acoplados que permiten transportar agua en forma de flujo continuo desde un lugar accesible en la naturaleza hasta un punto de consumo distante. Para la construcción de un acueducto es necesario, realizar un estudio minucioso del terreno para poder obtener el trazado más viable tanto en el aspecto económico como estructural, de forma que garantice una pendiente suave y sostenida sin alargar demasiado el recorrido de la obra.
En el caso de las cloacas o también llamadas alcantarillas, se construyen con la finalidad de evacuar aguas residuales, domésticas u otro tipo de aguas desechables, como sinónimo de colectores.
Una distinción entre cañerías y acueductos puede ayudar a comprender que tan importantes son estos dos sistemas para el buen funcionamiento no sólo de ciudades sino de países.
Del servicio de acueducto se espera un producto: agua tratada, apta para el consumo humano. Una serie de procesos y operaciones deben darse para que el agua que llega a los consumidores tenga esa condición. En el plano físico y operativo del servicio existen los procesos de captación, conducción, purificación, control, almacenamiento y distribución del agua. Se recibe, por una parte, agua cruda, y mediante distintos procesos debe transformarse en “agua tratada”, que es el producto final.
El mantenimiento de adecuados indicadores sociales en materia de salud exige, en relación con el agua, procesos que garanticen su potabilidad. Con el correr del tiempo, el tratamiento del agua se ha convertido en un requisito indispensable de la vida civilizada.
Es aquí donde cabe la distinción entre servicio de cañería y servicio de acueducto.
En el pasado lo corriente fue el servicio de cañería, el cual ciertamente se reducía a un conjunto de tuberías (cañerías) que conducían el agua desde determinado sitio (fuente) a otro (casas) sin agregarle, quitarle o ponerle nada adicional: captaban agua cruda y servían la misma agua: cruda. No se daba ningún proceso de transformación, no se obtenía ningún producto diferente. Sin embargo, los escasos niveles de contaminación que entonces existían, permitían consumir agua potable.
Lo antes expuesto nos da una idea de lo imprescindible que se hace la construcción de estos sistemas en la actualidad, debido a la gran demanda de Agua mundial y también a la necesidad de drenar la ya consumida. Además estas obras pueden tomarse como medidores de la buena planificación, organización y desarrollo de las sociedades, ya que al poseer un buen sistema de movilización de agua también se garantiza bienestar social, dentro de lo que se incluye, SALUD Y COMODIDAD.
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